Thursday, April 10, 2008

No tomo Merlot?


No quiero hablar de la película, pero, a veces, me causa gracia cuando las personas afirman, tajantes, que no toman Merlot. No aquellas que no les gusta el vino tinto, sino que aquellas que les gusta de todo, menos el Merlot.
Me he puesto ha pensar una y otra vez el porqué. Qué hay en esta cepa que despierta tantos enemigos. Y Claro, lo primero que se me viene a la cabeza es el marketing y el cine.
Hace ya cuatro años, Sideways o “entre copas” puso al pinot noir de moda; tan de moda que mandó al merlot a un tercer plano, y quizás todavía más lejos.
Recapitulemos, Miles (el personaje principal de la película) es un depresivo, que lleva a cuestas un divorcio no asumido y del que no ha podido recomponerse. Miles ama al pinot nior tanto o más que su ex esposa, y por su puesto odia el Merlot.
Bueno, en medio de la película, Miles se manda una tremenda frase, de esas que quedan dando vueltas en el historial del cine: “I am not drinking any fucking Merlot”.
Y ahí el marketing vio su oportunidad. Tomó el pinot noir como antitesis del Merlot y lo subió al podio de lo “IN” y lo transformó en su ícono.
Ahora, para muchos, decir que no toman Merlot, es una carta segura. Los deja bien parados, es estar a la moda. Es como un escudo, es como saber de vinos.
Pero no todo es están vacío, tan marquetero. Al menos para Miles. El tiene sus razones, obsesivas, pero razones al fin y al cabo. Porque el pinot, dice, no es cualquier cepa, no es un sobreviviente como el cabernet sauvignon. El pinot noir no se da en todos lados, requiere un cuidado excesivo y además madura antes que el resto de las uvas.
Así, nuestro amigo Merlot parece ser todo lo contrario. se da en todos lados, es independiente, lo dejan solo y le da lo mismo porque siempre dará buena fruta. Y quizás esa sea la verdadera razón del porque la gente ha dejado de tomar Merlot, incluso antes de la película.
Es tan vasta su producción que muchas veces se hacen vinos de alta producción, malos, sin alma, baratos y malos. Son brebajes que no llegan al corazón, que pasan volando o que ni siquiera dejan un ligero recuerdo. El Merlot puede caer en eso, pero ojo que también sucede con el cabernet u otras cepas.
Del Merlot tengo buenos recuerdos. Uno de mis primeros vinos que tengo memoria y que disfrute fue el popular Carmen Margaux creo que del 97’. Recuerdo tomándolo con una empanada después del empate de Chile con Italia para el mundial del 98’. Taninozo como él solo y con madera suficiente como para construir un escritorio. Era un merlot, del que de verdad disfruté y como espero disfrutar los Merlot que vendrán en el futuro. Yo tomo Merlot y me gusta.

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